lunes, 11 de septiembre de 2017

Yo era un niño


Yo era un niño profundamente triste
callado en mi más íntima interioridad
que se quedaba quietecito
y dejaba que lo lavaran
y lo ungieran
y lo vistieran con traje y zapatos
listo para la farsa de la infancia
y aguardaba con elegancia
el orgullo materno.
Lo importante era la admiración del mundo,
estar bonito, ser encantador,
un pelín pillín
pero nada estridente.
¡Rey de la niñez!
¡Qué suerte!

Pero no era feliz.
De espaldas a todas las miradas,
herido, vaciado de ser,
con mi traje blanco de alhelí,
estaba triste
y rencoroso,
ni yo mismo sabía por qué.
Y empezaron las primeras mentiras,
sigilosas.

Es curioso,
no sé por qué escribo esto ahora
ni por qué cierro este poema aquí
justo antes de cruzar el abismo.

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